sábado, 2 de abril de 2011

A nuestra “no participación” le sale contraloría social (III)

La contraloría social es un espacio de participación ciudadana individual y colectiva que permite el ejercicio de control y vigilancia sobre la gestión del poder público y de las instancias del poder popular, así como de las actividades privadas que afecten el bienestar común. (Proyecto de Ley Orgánica de Contraloría Social 2010). Sin la participación protagónica, corresponsable y revolucionaria es imposible la contraloría social.

Para que el Estado/Gobierno que queremos y necesitamos los venezolanos y venezolanas se construya coherentemente y responda a los retos y desafíos del País en el contexto histórico que vivimos, obliga a la ciudadanía a una actuación clara, sistemática y organizada que permita contrarrestar una cultura política perversa de ineficacia, ineficiencia, corrupción e impunidad en el uso de los recursos públicos, así como una mentalidad alienante y burguesa que se apropia del bien común para sus intereses y ambiciones individuales o de grupos.

La participación ciudadana tal cual está concebida en nuestra Constitución de la Republica Bolivariana de Venezuela (1999) es asumida como principio de acción, como derecho y deber, como espacio o instancia de participación y como proceso sociopolítico, impulsando así la democracia participativa para superar la democracia representativa presente en el período de la Cuarta Republica.

Lograr esta participación individual y colectiva conlleva a un proceso de enseñanza-aprendizaje. La participación no es un acto espontaneo, es una acción producida por la reflexión y la acción política del ciudadano en un ámbito especifico (salud, seguridad, educación, leyes, deporte, economía, trabajo, cultura, tecnología, justicia, etc.) ya sea por necesidad, por interés o por expectativas.

Es innegable que el proceso bolivariano ha sido una tierra fértil en el fenómeno participativo donde todos los sectores de la vida nacional se han hecho presentes, afectos o no al proceso revolucionario. Basta recordar los círculos bolivarianos, los comités de tierras urbana, las mesas técnicas del agua, las cooperativas de producción, distribución y servicios, las radios comunitarias, los consejos comunales, los batallones socialistas, las empresas de producción social, los comité de usuarios y usuarias de los medios de comunicación, las unidades de producción social, las misiones educativas, culturales, de salud, de alimentación, de viviendas, de trabajo, el PSUV, entre otros, producidas desde la misma dialéctica histórica. En cada una de estas expresiones está un pueblo que se moviliza y se organiza a partir de sus necesidades, consagradas como derechos en la carta magna, lo que nos permite aprendizajes significativos ya sea individuales, grupales y colectivos.

A estas alturas del partido, cuando esperamos la aprobación de la Ley de Contraloría Social, (actualmente está aprobado el Proyecto) urge hacer un inventario del haber y el tener en materia de participación ciudadana. Si nosotros como ciudadanos y ciudadanas vamos a ejercer la contraloría social, debe comenzar a evaluarnos sobre nuestro modo de participar.

Sabemos que si hacemos un estudio de las fortalezas y las debilidades de nuestra participación vamos a encontrar aciertos y desaciertos, avances y frenazos, haciéndose evidente los antagonismos y contradicciones existentes, que es importante superar en el tiempo. Pues ante la Ley da por explicito que la participación es protagónica, corresponsable y revolucionaria.

Con toda la riqueza que la participación nos ha permitido acumular en los espacios sociales, políticos, económicos y culturales no podemos negar que falta mucho por hacer. Tenemos que problematizar nuestra manera de participar, generalmente inmediatista, “para ya”, para que el otro corra y lo haga”. Como decía el Maestro Freire: tenemos que cuestionar la realidad y dentro de ella, nosotros mismos y haciendo esto producimos conciencia crítica y concienciación en términos colectivos.

Es necesario “generar situaciones en las cuales las personas se ven forzadas a revisar acciones u opiniones acerca de hechos de su vida diaria vistos como normales, convertidos por tal razón en habituales, o percibidos como inevitables al considerarlos naturales”. Es una estrategia para desarrollar la conciencia crítica que, a la vez que se desarrolla en la reflexión acción. La problematización inicia la generación de una posición política entendida en el sentido amplio del término, porque impulsa construir y reconstruir una conciencia integral, no fraccionada, que produce una comprensión global de la sociedad en que se vive. (Freire, 1970)

La problematización es un proceso total; no se puede problematizar a medias, o de vez en cuando, respecto de una situación determinada. Y en el caso que nos ocupa la participación ciudadana de estos últimos 10 años debe ser motivo de estudio de nuestras universidades y por parte del Estado pero más aún por todos los venezolanos. Pues ninguno debemos aislarnos, marginarnos o excluirnos de la tarea contralora, desde el niño o la niña en la escuela o en el parque de diversiones, el o la joven en el liceo o en el centro comercial, los adultos en su trabajo o en el mercado, los consejos comunales con los entes estadales o gubernamentales, es decir nuestra vinculación con el mundo institucional público y privado. Este momento histórico necesita ser sometido a una reflexión crítica en la cual se active procesos cognoscitivos creadores, liberadores y transformadores para una participación de alto nivel.

Por eso la siguiente pregunta problematizadora: ¿Cómo podemos ser eficaces y eficientes en nuestra tarea de contraloría social si como ciudadano aun revelamos una cultura de no participación? Y por “no participación” refiero a la ausencia o defecto de una verdadera participación protagónica, corresponsable y revolucionaria.

El arribismo, la resistencia a la participación y al cambio, el desinterés por el bien común, el desconocimiento de la Constitución y la leyes, la indiferencia ante la cosa pública, la participación solo por razones económicas “si bajan los reales”, el desconocimiento de los planes y programas del Estado y de los gobiernos locales por desinformación o incomunicación, la participación en búsqueda de privilegios, la apatía ante los problemas comunes, el conformismo, el individualismo, la percepción de un Estado banco o abasto, la falta de métodos que permita desarrollar la sinergia y acción colectiva, la ausencia del sentido común, la disociación mediática, el débil sentido de identidad y pertenencia para el compromiso, la cultura del antidiálogo y del miedo. Todos y cada uno de estos elementos, y otros que es imposible en este artículo registrar, debemos superarlos pero para ello debemos problematizar en colectivo para una verdadera concienciación que permita una acción liberadora y transformadora de esta cultura de la “no participación”.

Profesora de la UBV

http://www.aporrea.org/actualidad/a113715.html

A nuestra mentalidad despilfarradora le sale contraloría social (II)


En el proyecto de Ley Orgánica de Contraloría Social (Julio 2010) en la exposición de motivos expresa que: “el uso ineficiente, el despilfarro y la corrupción en el uso de los recursos públicos, son males que debilitan fundamentalmente a la revolución y tienen como aliados al burocratismo, el lujo, la mentira y a la injusticia, por eso hay que crear mecanismos poderosos para extirpar estos males, es un problema de cultura política, de mentalidades y de falta de participación ciudadana”

En el artículo anterior hice énfasis en la cultura política burocrática y en este me centraré en los imaginarios y las representaciones sociales que hay detrás de la mentalidad despilfarradora que tenemos los venezolanos y venezolanas respecto a los recursos propios y ajenos, las cuales tratándoles como riqueza de otros, no nos duele acabar con estos, cuanto antes, sin importarnos después si le puede hacer falta a otros o si habrá para mañana.

Los imaginarios y las representaciones sociales poseen una dimensión individual y son visibilizados en forma sensible, en un ícono, emblema o símbolo, o en relatos y discursos cotidianos que da unidad y fuerza de cohesión grupal o de organización social en la medida en que dicha representación sea trascendida como sentido. Pero aún así está sometido, por su naturaleza subjetiva o ligada a los sujetos, a la diversidad propia de la experiencia. O sea que el imaginario existe fraccionado en las versiones de las perspectivas y las historias individuales, como soporte de identidad y diferencia. (Rincón, 2006). Las representaciones sociales se encuentran en el conjunto de las condiciones y factores sociales, económicos, políticos y culturales que caracterizan nuestra propia sociedad y en el sistema de creencias y de los valores que circulan en su seno. (Ibañez, 1986)

En el caso que nos ocupa la mentalidad despilfarradora viene dada por representaciones sociales y colectivas generadas en diversos momentos históricos y que se acumulan para producir lo que tenemos hoy. Donde lo real y lo imaginario conviven, a través de significaciones y prácticas cotidianas, y se hacen perceptibles en las conductas, en los comportamientos, en los relatos y en los discursos cotidianos.

Afirma Ezequiel Ander-Egg (1998) que en el mundo de hoy, vivimos una sociedad alienada y sus instituciones y sus individuos estamos alienados. Esta alienación actúa como condicionante de nuestra manera de pensar, sentir, actuar y hablar. Donde a veces es difícil diferenciar de lo que somos como pueblo con una identidad propia a lo que la realidad histórica nos ha impuesto a través del colonialismo español y norteamericano.

Sin negar los condicionantes culturales que dejo el colonialismo español, subyacentes aún en nuestra vida republicana, prefiero fijar la mirada en el neoliberalismo mundial, refrendado por el Consenso de Washington en el marco del proceso de la globalización del mercado, cuyos actores fueron las corporaciones trasnacionales y el congreso norteamericano para impactar sobre nuestras economías latinoamericanas y del resto del mundo para así arrebatarles y expropiarles sus riquezas bajo la anuencia de las elites políticos y económicas nacionales.

Mirar en retrospectiva este hecho nos hace evidenciar un fenómeno de transculturización que se impuso sobre nuestra sociedad mediante la manipulación informativa-comunicacional, los cambios de currículos en la práctica educativa universitaria y la invasión publicitaria y tecnológica que produjo en nosotros nuevas creencias y estilos de vida, basados en el interés del dinero, el consumismo y la depredación del ambiente.

El paso del neoliberalismo no hizo más que deshumanizarnos, e impulsar estructuras económicas, mediáticas, políticas y educativas más deshumanizantes. Hasta las relaciones humanas se convirtieron en una transacción donde debía rendir ganancia. No es extraño que el cuerpo humano femenino y masculino paso a ser un producto de venta, donde estaba al capricho de la oferta y la demanda

Para los que estamos involucrados en un proceso de cambio del ser humano y de transformación de las macro y micros estructuras, observamos la necesidad de una actitud y acción crítica y propositiva de los mapas culturales e ideológicos si queremos superar los cuadros de deshumanización. La construcción de un nuevo Estado/Gobierno que apueste por el bien común y el interés colectivo a partir de la Contraloría Social pasa por un proceso de concienciación de lo que somos como resultado de una construcción histórica que nos ha hecho pensar, sentir y actuar alienada y enajenadamente.

Por concienciación se comprende el proceso donde los hombres y las mujeres en un dialogo permanente se encuentran para superar a través de la reflexión-acción la situación alienante y deshumanizadora, para luchar por la liberación de los condicionamientos históricos, y los factores que impiden el desarrollo integral ya sea como individuos o colectivos. ¿No es acaso la víctima de los procesos colonizadores o alienantes el más preparado para entender el significado de una sociedad consumista, y depredadora y la necesidad de liberación? Este despertar de la conciencia implica comprender realista y correctamente la ubicación del ser humano en la naturaleza y en la sociedad. Al alcanzar este conocimiento de la realidad, a través de la acción y reflexión en común, se revelan siendo sus verdaderos creadores y recreadores. De este modo, la presencia de los alienados en la búsqueda de su liberación, más que participación se transforma en compromiso (Freire, 2000).

Imagínense lo importante de este proceso de concienciación para debatir cada una de las palabras que pronunciamos, las actitudes y comportamientos que ejecutamos a diario, nuestras creencias y valores que expresamos sin ser tan conscientes de ello: desde aquel ta´barato dame dos de la mentalidad mayamera, el póngame donde haiga, la percepción social que todo se arregla con dinero y con cosas, la instauración de la cultura VIP donde la búsqueda constante es el privilegio, la cultura del shopping, el consumismo como concepto de felicidad promovido por la publicidad, la ausencia de una cultura del mantenimiento y cuidado de las cosas, el facilismo y el inmediatismo, la ausencia de sentido de la vida y del otro, el deterioro del sentido de pertenencia y valoración de lo nuestro, todo esto y otras más, se contraponen a una cultura contralora.

Contralora del uso adecuado y racional de los recursos que tenemos, y que debemos administrar debidamente no sólo para nosotros sino para las generaciones venideras. Ser indolentes ante el despilfarro es no comprender la responsabilidad histórica que tenemos para hacer inversiones productivas a corto, mediano y largo plazo. Desde el mismo hogar, los consejos comunales, la escuela, los medios de comunicación son espacios para profundizar nuestra mentalidad y superarla, pues de lo contrario, será cuesta arriba proteger el bien común de los venezolanos: el petróleo.

(*) Profesora de la UBV

http://www.aporrea.org/actualidad/a113589.html


A nuestra cultura política burocrática le sale contraloría social (I)



La contraloría social es un espacio de participación ciudadana individual y colectiva que permite el ejercicio de control y vigilancia sobre la gestión del poder público y de las instancias del poder popular, así como de las actividades privadas que afecten el bienestar común. (Proyecto de Ley Orgánica de Contraloría Social 2010). Sin la participación protagónica, corresponsable y revolucionaria es imposible la contraloría social.

Para que el Estado/Gobierno que queremos y necesitamos los venezolanos y venezolanas se construya coherentemente y responda a los retos y desafíos del País en el contexto histórico que vivimos, obliga a la ciudadanía a una actuación clara, sistemática y organizada que permita contrarrestar una cultura política perversa de ineficacia, ineficiencia, corrupción e impunidad en el uso de los recursos públicos, así como una mentalidad alienante y burguesa que se apropia del bien común para sus intereses y ambiciones individuales o de grupos.

La participación ciudadana tal cual está concebida en nuestra Constitución de la Republica Bolivariana de Venezuela (1999) es asumida como principio de acción, como derecho y deber, como espacio o instancia de participación y como proceso sociopolítico, impulsando así la democracia participativa para superar la democracia representativa presente en el período de la Cuarta Republica.

Lograr esta participación individual y colectiva conlleva a un proceso de enseñanza-aprendizaje. La participación no es un acto espontaneo, es una acción producida por la reflexión y la acción política del ciudadano en un ámbito especifico (salud, seguridad, educación, leyes, deporte, economía, trabajo, cultura, tecnología, justicia, etc.) ya sea por necesidad, por interés o por expectativas.

Es innegable que el proceso bolivariano ha sido una tierra fértil en el fenómeno participativo donde todos los sectores de la vida nacional se han hecho presentes, afectos o no al proceso revolucionario. Basta recordar los círculos bolivarianos, los comités de tierras urbana, las mesas técnicas del agua, las cooperativas de producción, distribución y servicios, las radios comunitarias, los consejos comunales, los batallones socialistas, las empresas de producción social, los comité de usuarios y usuarias de los medios de comunicación, las unidades de producción social, las misiones educativas, culturales, de salud, de alimentación, de viviendas, de trabajo, el PSUV, entre otros, producidas desde la misma dialéctica histórica. En cada una de estas expresiones está un pueblo que se moviliza y se organiza a partir de sus necesidades, consagradas como derechos en la carta magna, lo que nos permite aprendizajes significativos ya sea individuales, grupales y colectivos.

A estas alturas del partido, cuando esperamos la aprobación de la Ley de Contraloría Social, (actualmente está aprobado el Proyecto) urge hacer un inventario del haber y el tener en materia de participación ciudadana. Si nosotros como ciudadanos y ciudadanas vamos a ejercer la contraloría social, debe comenzar a evaluarnos sobre nuestro modo de participar.

Sabemos que si hacemos un estudio de las fortalezas y las debilidades de nuestra participación vamos a encontrar aciertos y desaciertos, avances y frenazos, haciéndose evidente los antagonismos y contradicciones existentes, que es importante superar en el tiempo. Pues ante la Ley da por explicito que la participación es protagónica, corresponsable y revolucionaria.

Con toda la riqueza que la participación nos ha permitido acumular en los espacios sociales, políticos, económicos y culturales no podemos negar que falta mucho por hacer. Tenemos que problematizar nuestra manera de participar, generalmente inmediatista, “para ya”, para que el otro corra y lo haga”. Como decía el Maestro Freire: tenemos que cuestionar la realidad y dentro de ella, nosotros mismos y haciendo esto producimos conciencia crítica y concienciación en términos colectivos.

Es necesario “generar situaciones en las cuales las personas se ven forzadas a revisar acciones u opiniones acerca de hechos de su vida diaria vistos como normales, convertidos por tal razón en habituales, o percibidos como inevitables al considerarlos naturales”. Es una estrategia para desarrollar la conciencia crítica que, a la vez que se desarrolla en la reflexión acción. La problematización inicia la generación de una posición política entendida en el sentido amplio del término, porque impulsa construir y reconstruir una conciencia integral, no fraccionada, que produce una comprensión global de la sociedad en que se vive. (Freire, 1970)

La problematización es un proceso total; no se puede problematizar a medias, o de vez en cuando, respecto de una situación determinada. Y en el caso que nos ocupa la participación ciudadana de estos últimos 10 años debe ser motivo de estudio de nuestras universidades y por parte del Estado pero más aún por todos los venezolanos. Pues ninguno debemos aislarnos, marginarnos o excluirnos de la tarea contralora, desde el niño o la niña en la escuela o en el parque de diversiones, el o la joven en el liceo o en el centro comercial, los adultos en su trabajo o en el mercado, los consejos comunales con los entes estadales o gubernamentales, es decir nuestra vinculación con el mundo institucional público y privado. Este momento histórico necesita ser sometido a una reflexión crítica en la cual se active procesos cognoscitivos creadores, liberadores y transformadores para una participación de alto nivel.

Por eso la siguiente pregunta problematizadora: ¿Cómo podemos ser eficaces y eficientes en nuestra tarea de contraloría social si como ciudadano aun revelamos una cultura de no participación? Y por “no participación” refiero a la ausencia o defecto de una verdadera participación protagónica, corresponsable y revolucionaria.

El arribismo, la resistencia a la participación y al cambio, el desinterés por el bien común, el desconocimiento de la Constitución y la leyes, la indiferencia ante la cosa pública, la participación solo por razones económicas “si bajan los reales”, el desconocimiento de los planes y programas del Estado y de los gobiernos locales por desinformación o incomunicación, la participación en búsqueda de privilegios, la apatía ante los problemas comunes, el conformismo, el individualismo, la percepción de un Estado banco o abasto, la falta de métodos que permita desarrollar la sinergia y acción colectiva, la ausencia del sentido común, la disociación mediática, el débil sentido de identidad y pertenencia para el compromiso, la cultura del antidiálogo y del miedo. Todos y cada uno de estos elementos, y otros que es imposible en este artículo registrar, debemos superarlos pero para ello debemos problematizar en colectivo para una verdadera concienciación que permita una acción liberadora y transformadora de esta cultura de la “no participación”.

Profesora de la UBV
http://www.aporrea.org/actualidad/a113536.html

La complejidad de la Contraloría Social desde lo individual


Como ciudadana de la Parroquia de San José del Municipio Bolivariano Libertador del Distrito Federal me siento en estado de vulnerabilidad, es decir, en la discapacidad de hacer frente a un problema que nos afecta a muchos, y las herramientas para su resolución depende del debate crítico y propositivo entre Estado y Comunidad, el cual está ausente. Ni la comunidad se ha organizado ni las Instituciones Públicas y Privadas, así como los funcionarios o ciudadanos allí involucrados directamente, no asumen su rol de ciudadanía de alto nivel decisorio.

Ya comprendo aquella expresión del programa humorístico mexicano “Chapulín Colorado” cuando la gente ante situaciones límites se preguntaba: Y Ahora, ¿quién podrá salvarnos? Será que siempre el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Rafael Chávez Frías tiene que salir para recordar a los funcionarios sus responsabilidades? Desde los ministros, los alcaldes, los diputados, los militares, la iglesia, los consejos comunales y otros, han recibido del Presidente exhortos para que actúen conforme a la ley y desde un sentido de identidad y de pertenencia por el país de todos.

Se trata del proyecto BusCaracas construyéndose actualmente la primera ruta que va desde la avenida de las Fuerzas Armadas Norte hasta el Terminal La Bandera, donde a mi entender no participó la comunidad ni fue consultada previamente y por otro lado un grupo de funcionarios públicos de confianza consideraron esta como una “solución vial”. Pero que para este momento parece que privaron más los intereses de grupos que la claridad de sus intenciones. Un caso de arbitrariedad ejercida por Instituciones Públicas y a las empresas privadas que les fueron aprobadas sus licitaciones y contratadas para este fin.

Desde una visión objetiva-subjetiva voy a relatar lo que podía ser una reconstrucción de hechos. Pero antes de esto, presento algunas interrogantes surgidas de diversos actores sociopolíticos. ¿Falto la planificación? (http://www.aporrea.org/ideologia/a90652.html) ¿No se calcularon bien los recursos financieros para la obra o se robaron los reales? (http://www.aporrea.org/actualidad/n122598.html) ¿Fueron licitaciones al dedo y a gente competente? ´¿Quién da la buena pro a los contratistas? (Vialpa y Pilperca) (http://es.wikipedia.org/wiki/BusCaracas) ¿Dónde está la Contraloría General de la Republica en su función de control previo? ¿Dónde está la asunción de las responsabilidades de las Instituciones públicas y privadas, en la que intervienen ciudadanos con deberes y responsabilidades? ¿Qué grado de conocimiento demuestra los ingenieros y los funcionarios públicos que dan inicio a la obra en época de lluvia pero que en época de sequía la paralizan? ¿Dónde está la planificación de los ingenieros que no cumplieron con los plazos establecidos? ¿Por qué se acabo los reales y se ha tenido que reformular dos veces e inyectar más dinero a la obra de nunca acabar? (http://www.aporrea.org/actualidad/n145391.html) ¿Por qué se han cambiado los responsables, al principio la Alcaldía de Caracas en tiempo de Freddy Bernal y luego el Ministerio para las Obras Públicas y Vivienda (MOPVI) con Diosdado Cabello y luego se traspasa a Fontur? (http://www.aporrea.org/actualidad/n150726.html), ¿podría tratarse de una la estafa lo de BusCaracas? (http://www.notiplaneta.com/noticias/la-estafa-del-buscaracas).

Muchas manos ponen el sancocho morao, reza el refrán popular y es imposible hacer contraloría a tanta gente pues a última hora, todos se van a echar la culpa y ninguno va a asumir su propia responsabilidad ¿Quién está invisible en todo esto? Como pueden observar muchas preguntas dimanan de la fuente de mis dudas e incertidumbres, producto del diario vivir en la comunidad y escuchando a la gente que observa y habla. La realidad nos hace suspicaces.

Como ciudadana de mi comunidad que me mantengo informada de lo que pasa en ella, (http://www.aporrea.org/ddhh/a99291.html) reconozco que al principio de la puesta en marcha de la construcción hubo un movimiento de Josefinos (habitantes de San José), de un grupo de obreros e ingenieros con sus maquinas, de los buhoneros del lugar y de choferes de los “carritos de San José”. (http://www.aporrea.org/actualidad/n111732.html). Con esta movilización me doy por enterada de un tal proyecto BusCaracas. (Septiembre 2007). Inmediatamente busque en los medios virtuales y encontré una información sobre las bondades de este sistema vial para solucionar el caos de las colas y del tránsito del norte al sur.

Esta información me llevo a entender lo avanzado que estaba el proyecto, se daba inicio a las primeras acciones, (http://www.aporrea.org/actualidad/n117022.html) donde los contratistas cerraron dos vías de cuatro de la avenida y comenzaron a romper el asfalto y el cemento. Y posteriormente las aceras. Me informe que en mi comunidad dos grupos de interés tenían de hecho, conocimiento del Proyecto BusCaracas, desde meses anteriores, pero grupos que no son la representación significativa de la comunidad, como son el Comité Cultural Conservacionista y de Defensa de la Parroquia de San José y los choferes de la línea de privado de San José-El Valle.

Estos dos grupos se opusieron a esta solución vial pues perjudicaban sus intereses legítimos o no, pero de grupos: por parte del Comité Cultural abogaba por la no destrucción del “Mercado de las Flores” como Patrimonio cultural y los choferes de carritos de San Luis-El Valle se defendían como trabajadores y que esta obra le iba a quitar su derecho al trabajo. (http://www.aporrea.org/actualidad/n111732.html). A los primeros ya les dijeron que no van a tocar el “mercado de las Flores” que de mercado de las flores provenientes de Galipán como lo recuerda la tradición deja mucho que desear. Vale preguntarse: ¿Qué hace allí una concesionaria de carros Toyota? Y a los Choferes les prometieron pagarle una indemnización a 450 transportistas que no podrán circular más, tras la construcción del BusCaracas (http://www.aporrea.org/actualidad/n122249.html). Lo que he observado últimamente es que ahora ha aumentado las unidades y por supuesto, los choferes de estos servicios de transporte ¿Será que se han agregado más para recibir la tal indemnización? Estos grupos acordaron conforme a la nota informativa (http://www.aporrea.org/actualidad/n122249.html) que quienes salgan le tienen que dar tres millones anuales por 25 años. La justificación es porque era el monto que se le diera a todo aquel que saliera del Servicio de Transporte privado. ¿Será verdad que todo chofer recibía esta indemnización o era sencillamente un pago por el derecho a pertenecer a la línea de transporte? ¿Eso lo debe pagar el Estado?

Una solución no puede convertirse en un problema

Al principio debido a la resistencia de estos grupos, se tomó medidas de la presencia de fiscales de transito para no afectar el “libre tránsito de los que no estábamos implicados en el asunto” y que aliviara el impacto que significa ocupar dos vías de cuatro canales. (http://www.aporrea.org/actualidad/n170638.html) Pero de un día para otro desaparecieron los fiscales de transito. Imagínense el zaperoco, las motos por las aceras, los buhoneros ocupando la vía de los peatones, los peatones caminando por donde vienen los carros y los autobuses y carros de pasajeros recogiendo gente por cualquier parte, menos las que le corresponden. Pero como se trata de ser optimista y trascender estos hechos. Esto hizo que en las colas la gente tuviera tiempo para mirar con detenimiento lo que se está haciendo y se quejaran a viva voz mientras se trasladaban al lugar de trabajo o de retorno s sus casas. A continuación pongo a la disposición de los lectores expresiones que escuche y paralelamente algunas las apoyare con notas informativas que oportunamente encontré en Aporrea y otros medios de la web. No toda la comunidad cuenta con estas fuentes informativas.

¡Otra vez la bendita cola! “Miren como están robando”, “parece que pronto van a dar inicio porque llegó los reales (http://www.aporrea.org/actualidad/n117022.html) ¡ya Chávez volvió a inyectarle dinero a esa cosa!, Chávez ayer regaño a Diosdado y el ministro le confirmó al presidente que en marzo de 2010 esta obra estaría concluida, (http://www.aporrea.org/actualidad/n116725.html) ¿Cuándo se acabara todo esto?, “todos los días un árbol menos” (como ustedes saben la Avenida Fuerzas Armadas norte, gozaba de bellos árboles, esta obra ha tumbado más de 10 árboles grandes y frondosos), “un día construyen una cosa y la semana siguiente la tumban para ponerle el tubo que falto”, Esto es un desastre (http://www.aporrea.org/ideologia/a88862.html) “miren como se está ya deteriorando el trabajo realizado” (ningún trabajo elaborado por las diversa contratistas son iguales por forma o calidad, cada uno lo hace a su manera, les animo a acercarse y ver como ya está dañado el concreto) Me pregunto al margen de todo esto ¿quien dirige y supervisa esta obra, hay algún funcionario del gobierno que le duela esto y que le interese terminar esta obra? ¿Qué personas están en estos cargos de confianza, son acaso personas idóneas, de competencia en su área de trabajo y de ética comprobada?

Debo reconocer como conciudadana de esta parroquia tradicional del centro de Caracas que la cita evangélica que dice “Los ciegos ven y los sordos oyen” se ha hecho realidad en mi parroquia, sólo que las instituciones aún nos creen ciegos y mudos. Las Instituciones públicas, no están preparadas para escuchar las observaciones del pueblo. Como vieron en la Parroquia de San José la gente ve y habla. Y como ciudadana y comunicadora, más que contralora, como derecho constitucional (CRBV-1999, LOAP-2008, PLCS-2010) quiero no solo ser portadora de todas estas críticas constructivas que hace nuestro pueblo en la calle sino que quiero respuestas en este sentido. Me pregunto ¿si alguien del Gobierno comunal (18 Consejos comunales de la zona), del Gobierno Municipal (Alcaldía de Caracas), del Gobierno Nacional (Ministerio para las Obras Públicas y Vivienda, Fondur, Ministerio de Transporte y Comunicaciones), de la empresas contratistas (Ingenieros y obreros) está registrando las observaciones de un pueblo que siempre ha visto pero que a ninguno le interesa su observación? ¿Si alguien está escuchando al pueblo que siempre ha hablado pero que a nadie le interesa escuchar?

Octubre 2007, 2008, 2009 y ahora a finales del 2010, mas de tres años esperando que las cosas sigan su curso normal, pero se ha convertido en la historia sin fin, de nunca acabar. Etapa que va del agotamiento de la paciencia a la vergüenza, la incredulidad y un «dejar hacer, dejar pasar» (http://www.aporrea.org/internacionales/a90035.html). Esta semana se nos acaba de informar que a partir del segundo semestre del 2011 será el plazo para dar fin a la obra (tercero anunciado) conforme a las últimas declaraciones del ministro de Transporte y Comunicaciones, Francisco Garcés. (http://www.aporrea.org/actualidad/n169314.html).

Como militante del Proceso Bolivariano de Venezuela, no me queda más que acudir a esta vía para expresar mi indignación como ser humana, ciudadana y profesional de la comunicación social y gracias a los aprendizajes adquiridos como profesora de la Universidad Bolivariana, comunicadora popular. Y agradezco a Aporrea por ser un espacio de debate de lo público y siempre abierta a la crítica constructiva de quienes escriben. Aunado a esto tenemos las firmes declaraciones de nuestro Presidente Hugo Chávez, que en las últimas semanas les recordó al Sistema Nacional de Medios Públicos que cumplan con su deber de informar y comunicar lo que le pasa a la gente en su realidad y frente a la acción estadal y/o gubernamental, evitando así maquillar las noticias. (http://www.aporrea.org/ideologia/n171227.html), pues no podemos permitir que la crítica destructiva de los medios opositores sirva para favorecer una imagen de que estos están a favor de los “excluidos por la revolución bolivariana”.

Además en el marco de la futura aprobación de la Ley Orgánica de Contraloría Social hago este ejercicio de contralora “individual” con las miradas y voces de la gente de la calle y del medio virtual, pues así somos los comunicadores comprometidos con la realidad, con nuestro pueblo y con el pueblo. Les aseguro que no habrá perdida ni desorientación cuando se escucha la gente y se toma en cuenta sus observaciones generalmente muy concretas pero también con un dejo de fatalidad y pérdida de fe. (http://www.aporrea.org/ideologia/a110265.html).

Por eso para finalizar, comparto con ustedes mis aprendizajes significativos en este ejercicio de contraloría social desde lo individual establecido en el artículo 2 del Proyecto de Ley Orgánica de Contraloría Social y en el artículo 135 de la Ley Orgánica de Administración Pública que en miras de promover la participación ciudadana en la gestión pública se pueden presentar propuestas y formular opiniones sobre la gestión de los órganos y entes de la Administración Pública.

Entre los aprendizajes obtenidos puedo expresar que en primer lugar, problematizar desde una realidad específica como es el “Caso BusCaracas en la Avenida Fuerzas Armadas”, se requiere información exhaustiva y seguimiento permanente del caso, donde la escucha de las observaciones del pueblo son herramientas de incalculable valor humano y legitimadas por la realidad. Reconozco que este ejercicio quedo fuera lo referido a BusCaracas en la Avenida Granada hasta el terminal La Bandera.

En segundo lugar, para opinar (Doxa) con conocimiento (Logos) sobre algo que afecta a un colectivo es importante el uso de un método para aproximarnos al problema desde su complejidad e incertidumbre (Edgar Morín).

En tercer lugar, entrar en una acción dialógica con el Estado es verse enfrentada a muchos puntos ciegos, a dudas, a suspicacias pero todas ellas han servido para seguir hurgando en esa realidad. Si queremos verdaderamente que las instituciones públicas respondan efectiva y eficientemente al pueblo, esto será posible en la medida que se escuche los reclamos de un pueblo que observa y es afectado por las decisiones de unos pocos o grupos de intereses. Por eso espero una respuesta y que no me pase lo de Juan el Bautista que clamó en el desierto de sordos y ciegos de su época, y más bien recibió su rechazo y oposición. Pues lo trataron como un enemigo.

Y en cuarto y último lugar visualizar desde una reflexión-acción ¿Qué saldo de capacidad de movilización, de participación y organizativo tenemos como comunidad o como individuos para hacer frente a la Contraloría Social, como derecho constitucional? No basta tener un pueblo que observa y critica si hay funcionarios públicos que son sordos y ciegos a la voz y realidad del pueblo.

(*)Profesora de la UBV

La contraloría social es a tiempo y a destiempo

Nos acordamos de Santa Bárbara cuando llueve es un refrán popular que nos hace entender que miramos los problemas solo en momentos críticos y difíciles. 3 meses de lluvia, y sabemos el impacto y alcance que tiene la fuerza de la lluvia en la tierra y en las construcciones humanas. Los resultados son evidentes miles de damnificados, sin casa y sin sus pertenencias, carreteras dañadas, represas destruidas, heridos o muertos victimas ya sea por la falta de precaución o de alerta que falto cuando la tierra cedió y sus casas se vinieron abajo.

Sin deseos de enajenarme de la realidad, me viene a la memoria aquel cuento de los tres cochinitos, que dice así:

En el corazón del bosque vivían tres cerditos que eran hermanos. El lobo siempre andaba persiguiéndoles para comérselos. Para escapar del lobo, los cerditos decidieron hacerse una casa. El pequeño la hizo de paja, para acabar antes y poder irse a jugar.

El mediano construyó una casita de madera. Al ver que su hermano pequeño había terminado ya, se dio prisa para irse a jugar con él.

El mayor trabajaba en su casa de ladrillo.

- Ya veréis lo que hace el lobo con vuestras casas- riñó a sus hermanos mientras éstos se lo pasaban en grande.

El lobo salió detrás del cerdito pequeño y él corrió hasta su casita de paja, pero el lobo sopló y sopló y la casita de paja derrumbó.

El lobo persiguió también al cerdito por el bosque, que corrió a refugiarse en casa de su hermano mediano. Pero el lobo sopló y sopló y la casita de madera derribó. Los dos cerditos salieron pitando de allí.

Casi sin aliento, con el lobo pegado a sus talones, llegaron a la casa del hermano mayor.

Los tres se metieron dentro y cerraron bien todas las puertas y ventanas. El lobo se puso a dar vueltas a la casa, buscando algún sitio por el que entrar. Con una escalera larguísima trepó hasta el tejado, para colarse por la chimenea. Pero el cerdito mayor puso al fuego una olla con agua. El lobo comilón descendió por el interior de la chimenea, pero cayó sobre el agua hirviendo y se escaldó.

Escapó de allí dando unos terribles aullidos que se oyeron en todo el bosque. Se cuenta que nunca jamás quiso comer cerdito. FIN

Yo creo que si no acabamos aprendiendo de la realidad y de los golpes que cada tanto tiempo nos da la naturaleza, debíamos hacerlo a partir de este cuento tan ilustrativo y cercano al problema habitacional que afecta a nuestra familia venezolana, después de estos graves acontecimientos climatológicos.

Observamos tres maneras de conductas frente a una misma realidad, el lobo: Uno hizo una casa de paja, el otro de madera y el último de ladrillo. Uno lo movió, la diversión para salir pronto de hacer su casita de paja, el segundo, no queriendo quedar atrás e incorporarse con el otro para jugar, termino a como diera lugar su casa de madera y el último, construyo con ladrillo, pero también le dio tiempo para alertar a sus hermanos lo que podría pasar con ese tipo de edificación ante la amenaza del lobo que quería comérselos.

El lobo aquí personifica la amenaza de las lluvias, de una tempestad, de un terremoto. Lo importante reconocer que las amenazas están siempre latentes, aunque no sean evidentes.

Tanto el Estado, como los que construyen y los usuarios de las viviendas pueden asumir estas actitudes y comportamientos sociales (la superficialidad, el facilismo, el cortoplacismo, la falta de planificación, el vivir el presente sin importarnos el futuro, etc.) que obstaculizan no solo la producción de una verdadera cultura preventiva y de corresponsabilidad, sino que se deriva en una “bomba de tiempo” que explota en circunstancia como la que vivimos actualmente.

El Estado desde una política habitacional debe establecer y exigir respeto a normas, procedimientos, permisos de construcción, tanto los constructores como los usuarios de las viviendas debe ser corresponsable con este hecho. Y mucho más los últimos, pues a la larga somos los que vamos habitar la vivienda y seremos los primeros afectados en caso de las amenazas antes mencionadas, por muy buena voluntad política de los dirigentes para “dignificarnos” ante la situación trágica de perder la vivienda.

El ser humano no es un animal. El animal se adapta y el ser humano se adecúa a las circunstancias. Si bien es cierto que necesitamos viviendas, como un derecho, es un deber que estas se construyan como debe ser, conforme a criterios establecidos y que sean respetados por todos los involucrados.

Tomar el camino de adaptarnos es seguir haciendo más de lo mismo, es no asumir el problema climatológico de nuestra región, que se ha arreciado en los últimos tiempos. Es llevarnos por la filosofía de Eudomar Santos de la novela “Por estas calles”: “Como vaya viniendo vamos viendo” Improvisación que no es más que mantener el caos y la inercia. Debemos preguntarnos ¿Cuál es el costo social y económico de nuestros errores como ciudadanos, como comunidades y como país? Es imposible contabilizar, sobre todo cuando hay un saldo de muertos y heridos.

Un pueblo junto a sus instituciones no puede estar ingeniándosela para sobrevivir. Se trata de vivir dignamente, sin sobresaltos y angustias que aminoran su calidad de vida como ciudadanos. Se trata de hacer las cosas a partir de lo que sabemos y conocemos por la experiencia alcanzada. Y llegar a acuerdo sociales para adecuarnos a la realidad (por ejemplo el factor climatológico) y construir las viviendas en base a esto.

Estamos hablando de un pueblo contralor de sí mismo y de la realidad y para ello tenemos que hablar a tiempo y a destiempo, como decía Pablo de Tarso. Ya sea para denunciar o para proponer, pero sobre todo para hacernos responsables de nuestro propio destino. Si no viviremos en el tormento de Sísifo, que según la mitología griega los dioses le condenaron a empujar perpetuamente una roca hacia la cima de la montaña para que cayese de nuevo cuesta abajo cuando estaba a punto de llevarla hacia el otro lado. Debemos aprender de nuestras propias tragedias y superarlas colectivamente y solo lo haremos cuando asumamos responsablemente ser contralores de nosotros mismos y nuestro entorno.

(*)Profesora de la UBV

miércoles, 6 de octubre de 2010

Comunicación Creadora, Liberadora y Transformadora



Hombres y mujeres desde sus historias estamos llamados a contribuir en la construcción de un mundo mejor. Esto lo hacemos a través de la comunicación, que no es sólo Palabra viva sino que se hace acción.

Para que esto sea una realidad debemos conocer los principios de la comunicación sustentados en la propia naturaleza del ser humano y en la constitución del cosmos.
De no partir de estos principios la comunicación dejaria de ser creadora para convertirse en destructora, dejaria de ser liberadora para convertirse en opresora y dejaria de ser transformadora para convertirse en depredadora.
A continuación los principios de la comunicación creadora, liberadora y transformadora.

PRINCIPIOS DE LA COMUNICACIÓN CREADORA
Porque el principio creador se encuentra en toda la naturaleza que contenida en diversas formas, permanentemente se recrea...
Porque la creación está en constante evolución, por ello nunca se detiene, todo está en movimiento. Porque las fuerzas creadoras se obtienen de elementos semejantes y diferenciados lo que permiten nuevas realidades. El hombre y la mujer representan una síntesis maravillosa y compleja, de ese quehacer creador que nos indica a su vez, las cualidades de su hacedor.

PRINCIPIOS DE LA COMUNICACIÓN LIBERADORA
Porque si bien venimos de una inteligencia amorosa y verdadera, en algún momento de la historia de la creación en su relación humanidad/tierra se rompió la armonía y orden establecido, generando contradicciones para alcanzar su propósito original.
Entonces, hombre y mujer perdieron su utopía y hallaron la soledad, la desesperación y el sin sentido de la vida, de sí mismos y de las cosas que le rodeaban.
En su deshumanización el ser humano no lo ha perdido todo, pese a las sombras que le rodea, una luz interior lo interpela a la búsqueda del camino a su ser originario. Desde entonces, el ensayo y el error de la humanidad ha sido una constante.

PRINCIPIOS DE LA COMUNICACIÓN TRANSFORMADORA
Si hay algo que distingue al ser humano de todo lo creado es la capacidad de darle sentido y significado a la realidad (el sí mismo, el otro y el entorno), y desde allí, construir conocimiento y aplicarlo para hacer los cambios, modificaciones y transformaciones desde sus intereses y expectativas históricas, sociales y culturales.
Ese ejercicio de admirar la humanidad/mundo para reflexionarlo y actuar no siempre ha tenido resultados que favorezcan la totalidad de la creación sino que dada su deshumanización ha generado entornos deshumanizadores, que en lugar de evolucionar se genera una involución del propósito creacional.

Ahora bien que es la comunicación en sus tres vertientes, creadora, liberadora y transformadora:


Es la capacidad del ser humano (hombre y mujer) de ir al encuentro y diálogo con el otro, siendo las diferencias propias de cada sujeto una condición que permite que la interacción sea beneficiosa en igualdad, en cuanto enriquecimiento y mejoramiento mutuo para propiciar sobre el entorno espacios humanizadores y humanizantes.



Se define como la capacidad del grupo humano para identificar, desmontar y defenderse de los mitos y creencias deshumanizantes que subyacen en el entorno, y que de forma dialéctica pueden advertir y avizorar modos distintos al producido, mantenido y patrocinado por los entes deshumanizadores.


Se refiere al alcance e impacto humanizador y humanizante sobre el entorno. Esta es sólo es posible con la anuencia de las condiciones de la comunicación creadora representadas por el poder de la palabra de los sujetos históricos, la fe que promueve la confianza entre los dialogantes, la búsqueda de la verdad que lleva al conocimiento, el sentido de la vida, del otro y del entorno, así como los factores de la comunicación liberadora constituidos por la corporeidad en desarrollo permanente de sus dimensiones de los sujetos en diálogo, la realidad del tiempo y el espacio como medio y no fin, la conciencia de los falsos mitos, creencias y condicionamientos sociales subyacentes en el entorno dentro de un contexto histórico social y la presencia de un liderazgo humanizador y deshumanizador.

sábado, 22 de mayo de 2010

Simón Bolívar ¿Revolucionario?


Por Alice Peña Maldonado

Bolívar: el genio, el militar, el amante, el estadista, el filósofo,
el idealista utópico, el visionario continental, el reformador social,
todo para señalar al Revolucionario Americano

No hay texto sin contexto, lo afirma la lingüística. Esto quiere decir que para que un discurso sea auténtico y válido debe responder a una realidad concreta, donde el tiempo histórico, el espacio social y geopolítico redefine aspectos esenciales que hacen del argumento algo original y abarcante. Para que el discurso conlleve a interacciones, sucesos y eventos (1) este debe producir ruptura, posibilidades y acciones (2) individuales, grupales y colectivas ya sea en el ámbito local, regional, nacional y continental que se hace en la conjugación del tiempo, donde la memoria del pasado que forja la identidad, la comprensión del presente que favorece el sentido de pertenencia y la visión futura desde un proyecto común se fusionan para expresar la participación del sujeto y los papeles que se asume en su dialéctica con el mundo.

En una aproximación a los documentos centrales de Libertador, Simón Bolívar como el Manifiesto de Cartagena (1812); el Manifiesto de Carúpano (1814); la Carta de Jamaica (1815); el Discurso de Angostura (1819); el Mensaje al Congreso de Colombia (1826); el Mensaje a la Convención de Ocaña (1828), así como las cartas de Simón Bolívar a su amada ecuatoriana Manuela Saenz; demuestran el sentipensamiento (3) de un hombre en situación y en proyección, donde no existe la alienación ni el fatalismo, sino que a través de cada párrafo se hace tangible el hombre critico, creador, liberador y transformador, que invoca la utopía originaria centrada en el ser humano en colectivo apostando a una manera distinta de sentir, pensar y hacer las cosas, donde la naturaleza no esta divorciada de lo humano ni lo humano divorciado de la naturaleza, es mas forma parte de ella. Esta visión que la suscribe en todos sus textos lo recoge de una realidad humana, no la inventa, esta visible a sus ojos, aún cuando muchos no la comprendieron ni la llegaron a ver.

Realidad humana que no se hallaba en los que buscaban el poder y las riquezas, sino en un pueblo indígena, afroamericano y criollo que demostró su resistencia y sus deseos de emancipación pese a aquellos que pretendieron dominarlos, invocando sus leyes, sus instituciones, sus miedos, sus creencias y sus dioses.
Los documentos escritos por Bolívar demuestran su forma lingüística de interacción social, de potencial significado y de acción que se crea y que lo conforma en Alfarero de Repúblicas y Libertador de los Pueblos Latinoamericanos pero que expone al Hombre de las Complicaciones que sufrió injusticia y traición, intento de asesinato y confronto hasta el final de sus días los intereses y privilegios de la clase burguesa que intento destruir su sueño en vida.

Vale preguntarse a estas alturas: ¿Bolívar fue revolucionario? Para Salcedo Bastardo en su obra “Misión y revisión de Bolívar” afirma en Revolución histórica: mística y acción que el proyecto que Bolívar encarno estaba contenido de una mística que lo llevaba a la acción no así a la contemplación, que la unidad por la que el abogaba no tenia otro asidero que la educación como fundamento de una acción consciente, donde el ser humano, hombre y mujer eran hacedores de su propio destino y porvenir. Entendimiento este, que promueve un cambio en la manera de pensar y hacer las cosas, distintas al viejo mundo, en donde lograrlo equivalía al trabajo y al esfuerzo revolucionario de muchas generaciones en colectivo.
Basta reflexionar la concepción filosófica de los escritos de Bolívar sobre la América como el nuevo mundo enmarcado en un proyecto común donde el pasado, el presente y el futuro se unen para generar una nueva vida (acción creadora) opuesta a la destrucción producida por el sistema colonizador tanto del dominio español como por el vislumbrado país del norte, cuando apenas daba muestras de sus primeras ambiciones imperiales; para producir una gesta emancipadora (acción liberadora) que llevara a la autonomía y soberanía de las nuevas naciones al separarse de la opresión impuesta por el reino español a través de sus leyes e instituciones; y para trascender en una nueva realidad (acción transformadora) tanto del sujeto individual sociopolítico como ciudadano americano como de la constitución de las naciones libres, en sujetos históricos colectivos unidos en la diversidad de su gente, su cultura, su geografía y recursos naturales.

Para el logro de ello, Bolívar no veía obstáculos, había una claridad en las metas a conseguir, aunque reconocía las contradicciones y antagonismos que no permitían alcanzar con más prontitud los cambios y transformaciones deseadas y necesarias, por causa de la traición, ignorancia y prejuicios de quienes le acompañaban.
Aun cuando el presente trabajo no quiere apostar a un concepto prefijado del ser revolucionario, (que bien se puede conseguir sin dificultad en un libro orientado para ello) si intenta dar un aporte sobre el mismo pero desde una visión femenina. Entendiendo por ello, que las mujeres sentipensamos diferente al varón, por lo que es necesario dar a escuchar nuestra voz, con nuestros significados, conocimientos y saberes cotidianos.

Con el objeto de profundizar la visión acción revolucionaria de Bolívar se estudiara tres textos (Carta de Jamaica (1815), Discurso de Angostura y Carta a Manuela Saenz) donde se percibe los tipos de discursos donde se produce rupturas, posibilidades y acciones en la búsqueda de acciones creadoras, liberadoras y transformadoras, con el propósito de definir el sentido y significado de “su revolución”.

Ruptura desde una crítica liberadora
Tomado el texto de la Carta de Jamaica, observamos como Bolívar hace una crítica a la España que aún desea conquistar a América y su discurso revela una ruptura ya con el viejo mundo y con la postura inerte de los Estados Unidos:
"Tres siglos ha —dice usted— que empezaron las barbaridades que los españoles cometieron en el grande hemisferio de Colón»... El filantrópico obispo de Chiapa, el apóstol de la América, Las Casas, ha dejado a la posteridad una breve relación de ellas, extractada de las sumarias que siguieron en Sevilla a los conquistadores, con el testimonio de cuantas personas respetables había entonces en el Nuevo Mundo, y con los procesos mismos que los tiranos se hicieron entre sí: como consta por los más sublimes historiadores de aquel tiempo. Todos los imparciales han hecho justicia al celo, verdad y virtudes de aquel amigo de la humanidad, que con tanto fervor y firmeza denunció ante su gobierno y contemporáneos los actos más horrorosos de un frenesí sanguinario.

…El suceso coronará nuestros esfuerzos; porque el destino de América se ha fijado irrevocablemente: el lazo que la unía a España está cortado: la opinión era toda su fuerza; por ella se estrechaban mutuamente las partes de aquella inmensa monarquía; lo que antes las enlazaba ya las divide; más grande es el odio que nos ha inspirado la Península que el mar que nos separa de ella; menos difícil es unir los dos continentes, que reconciliar los espíritus de ambos países.; …no obstante que la inconducta de nuestros dominadores relajaba esta simpatía; o, por mejor decir, este apego forzado por el imperio de la dominación. Al presente sucede lo contrario; la muerte, el deshonor, cuanto es nocivo, nos amenaza y tememos: todo lo sufrimos de esa desnaturalizada madrastra. El velo se ha rasgado y hemos visto la luz y se nos quiere volver a las tinieblas: se han roto las cadenas; ya hemos sido libres, y nuestros enemigos pretenden de nuevo esclavizarnos. Por lo tanto, América combate con despecho; y rara vez la desesperación no ha arrastrado tras sí la victoria. (5)
Mas adelante señala, refiriéndose a los Estados Unidos: Sin embargo, ¡cuán frustradas esperanzas! No sólo los europeos. Pero hasta nuestros hermanos del Norte se han mantenido inmóviles espectadores de esta contienda, que por su esencia es la más justa, y por sus resultados la más bella e importante de cuantas se han suscitado en los siglos antiguos y modernos.

En el Discurso de Angostura, Bolívar somete al juicio de los ciudadanos su comportamiento y actuar. Son ellos y no otros quienes pueden hacer un juicio verdadero a través del conocimiento que se tiene de la historia pasada. Asume las consecuencias de enfrentar un enemigo como el reino de España.

No ha sido la época de la República, que he presidido, una mera tempestad política, ni una guerra sangrienta, ni una anarquía popular, ha sido, sí, el desarrollo de todos los elementos desorganizadores; ha sido la inundación de un torrente infernal que ha sumergido la tierra de Venezuela. Un hombre, ¡y un hombre como yo!, ¿qué diques podría oponer al ímpetu de estas devastaciones? En medio de este piélago de angustias no he sido más que un vil juguete del huracán revolucionario que me arrebataba como una débil paja. Yo no he podido hacer ni bien ni mal; fuerzas irresistibles han dirigido la marcha de nuestros sucesos; atribuírmelos no sería justo y sería darme una importancia que no merezco. ¿Queréis conocer los autores de los acontecimientos pasados y del orden actual? Consultad los anales de España, de América, de Venezuela; examinad las Leyes de Indias, el régimen de los antiguos mandatarios, la influencia de la religión y del dominio extranjero; observad los primeros actos del gobierno republicano, la ferocidad de nuestros enemigos y el carácter nacional. No me preguntéis sobre los efectos de estos trastornos para siempre lamentables; apenas se me puede suponer simple instrumento de los grandes móviles que han obrado sobre Venezuela; sin embargo, mi vida, mi conducta, todas mis acciones públicas y privadas están sujetas a la censura del pueblo. (6)

El 09 de junio de 1824 Bolívar escribe a Manuela Sáenz desde el Cuartel General de Huaraz a explicando los sinsabores de la lucha libertaria. Sincerarse ante la realidad de la guerra es un acto de ruptura a la comodidad de la vida en la ciudad. Bolívar se muestra duro y claro en sus palabras reconociendo el reto y desafío que plantea a una mujer.
“Tu me hablas del orgullo que sientes de tu participación en esta campaña. ¡Reciba usted mi felicitación y al mismo tiempo mi encargo! ¿Quiere usted probar las desgracias de esta lucha? ¡Vamos! El padecimiento, la angustia, la impotencia numérica y la ausencia de pertrechos hacen del hombre mas valeroso un títere de la guerra. (7)
…Hay que estar dispuesto al mal tiempo, a caminos tortuosos a caballo sin darse tregua; tu refinamiento me dice que merece alojamiento digno y en el campo no hay ninguno…En las marchas no hay lugar a regresarse.”

Posibilidades desde las capacidades creadoras
En Carta de Jamaica; Bolívar no quiere afirmar nada sobre el futuro del Nuevo mundo mas si intenta definir quienes constituyen sus habitantes: ni indios ni europeos sino un híbrido entre auténticos dueños originarios y usurpadores advenedizos por la conquista.

Todavía es más difícil presentir la suerte futura del Nuevo Mundo, establecer principios sobre su política, y casi profetizar la naturaleza del gobierno que llegará a adoptar. Toda idea relativa al porvenir de este país me parece aventurada. ¿Se puede prever cuando el género humano se hallaba en su infancia rodeado de tanta incertidumbre, ignorancia y error, cuál seria el régimen que abrazaría para su conservación? ¿Quién se habría atrevido a decir tal nación será república o monarquía, ésta será pequeña, aquélla grande? En mi concepto, esta es la imagen de nuestra situación. Nosotros somos un pequeño género humano; poseemos un mundo aparte, cercado por dilatados mares; nuevos en casi todas las artes y ciencias, aunque en cierto modo viejos en los usos de la sociedad civil.

Yo considero el estado actual de América, como cuando desplomado el imperio romano cada desmembración formó un sistema político, conforme a sus intereses y situación, o siguiendo la ambición particular de algunos jefes, familias o corporaciones, con esta notable diferencia, que aquellos miembros dispersos volvían a restablecer sus antiguas naciones con las alteraciones que exigían las cosas o los sucesos; mas nosotros, que apenas conservamos vestigios de lo que en otro tiempo fue, y que por otra parte no somos indios, ni europeos, sino una especie mezcla entre los legítimos propietarios del país y los usurpadores españoles; (5)
Bolívar en el discurso de Angostura abre posibilidades a partir de los talentos, virtudes y experiencias de los hijos de la patria y de el como ciudadano.

“Yo deposito en vuestras manos el mando supremo de Venezuela. Vuestro es ahora el augusto deber de consagraros a la felicidad de la República; en vuestras manos está la balanza de nuestros destinos, la medida de nuestra gloria, ellas sellarán los decretos que fijen nuestra libertad. En este momento el Jefe Supremo de la República no es más que un simple ciudadano; y tal quiere quedar hasta la muerte. Serviré, sin embargo, en la carrera de las armas mientras haya enemigos en Venezuela. Multitud de beneméritos hijos tiene la patria capaces de dirigirla, talentos, virtudes, experiencia y cuanto se requiere para mandar a hombres libres, son el patrimonio de muchos de los que aquí representan el pueblo; y fuera de este Soberano Cuerpo se encuentran ciudadanos que en todas épocas han mostrado valor para arrostrar los peligros, prudencia para evitarlos, y el arte, en fin, de gobernarse y de gobernar a otros.” (6)

El 13 de septiembre de 1823 Bolívar envía desde el Cuartel General de Lima a Manuela Sáenz una carta que expresa la valentía de esta mujer por la causa libertaria. “sé que lo haces por la causa de la libertad, a mas que por mí mismo” Tu alma es entonces la que derrota los prejuicios y las costumbres de lo absurdo, pero Manuela mía, he de rogarte prudencia, a fin de que no se lastime tu destino excelso en la causa de la libertad de los pueblos y la Republica” (7)

Acciones para la producción transformadora
En Carta de Jamaica; Bolívar sueña desde y para la libertad de América.
Yo deseo más que otro alguno ver formar en América la más grande nación del mundo, menos por su extensión y riquezas que por su libertad y gloria. Aunque aspiro a la perfección del gobierno de mi patria, no puedo persuadirme que el Nuevo Mundo sea por el momento regido por una gran república; como es imposible, no me atrevo a desearlo; y menos deseo aún una monarquía universal de América, porque este proyecto sin ser útil, es también imposible. (5) Mas adelante expresa:
Es una idea grandiosa pretender formar de todo el mundo nuevo una sola nación con un solo vínculo que ligue sus partes entre sí y con el todo. Ya que tiene un origen, una lengua, unas costumbres y una religión debería, por consiguiente, tener un solo gobierno que confederase los diferentes Estados que hayan de formarse; mas no es posible porque climas remotos, situaciones diversas, intereses opuestos, caracteres desemejantes dividen a la América. ¡Qué bello sería que el istmo de Panamá fuese para nosotros lo que el de Corinto para los griegos!

En el discurso de Angostura, Bolívar no deja de profundizar nuestras raíces para invocar a la nueva realidad a producir. En cambio debe partir del conocimiento que tengamos de nosotros mismos.
“Tengamos presente que nuestro pueblo no es el europeo, ni el americano del norte, que más bien es un compuesto de África y de América, que una emanación de Europa, pues que hasta España misma, deja de ser Europa por su sangre africana, por sus instituciones y por su carácter. Es imposible asignar con propiedad a qué familia humana pertenecemos. La mayor parte del indígena se ha aniquilado, el europeo se ha mezclado con el americano y con el africano, y éste se ha mezclado con el indio y con el europeo. Nacidos todos del seno de una misma madre, nuestros padres, diferentes en origen y en sangre, son extranjeros, y todos difieren visiblemente en la epidermis; esta desemejanza trae un reato de la mayor trascendencia. (6)

Mas adelante insiste en la diversidad de origen pero asume la realidad en que fuimos construidos, solo atendiendo estos aspectos podemos construir desde la base:
La diversidad de origen requiere un pulso infinitamente firme, un tacto infinitamente delicado para manejar esta sociedad heterogénea cuyo complicado artificio se disloca, se divide, se disuelve con la más ligera alteración.
… EL amor a la patria, el amor a las leyes, el amor a los magistrados son las nobles pasiones que deben absorber exclusivamente el alma de un republicano. Los venezolanos aman la patria, pero no aman sus leyes; porque éstas han sido nocivas, y eran la fuente del mal; tampoco han podido amar a sus magistrados, porque eran inicuos, y los nuevos apenas son conocidos en la carrera en que han entrado. Si no hay un respeto sagrado por la patria, por las leyes y por las autoridades, la sociedad es una confusión, un abismo: es un conflicto singular de hombre a hombre, de cuerpo a cuerpo.

Para sacar de este caos nuestra naciente república, todas nuestras facultades morales no serán bastantes, si no fundimos la masa del pueblo en un todo; la composición del gobierno en un todo; la legislación en un todo, y el espíritu nacional en un todo. Unidad, unidad, unidad, debe ser nuestra divisa. (6) El 06 de agosto de 1824 Bolívar otorga a Manuela Sáenz el grado de Capitán de Húzares bajo el consentimiento de la Junta de Generales de División. Varón y mujer productores de servicios para la lucha emancipadora y transformadora.

“En consideración a la resolución de la Junta de los Generales de División, y habiendo obtenido de ellos su consentimiento, y alegada su ambición personal de usted de participar en la contienda; visto su coraje y valentía de usted; de su valiosa humanidad en ayudar a planificar desde su columna las acciones que culminaron en el gloriosos éxito de este memorable día, me apresuro, en otorgarle el grado de Capitán de Húzares, encomendándole a Ud. las actividades económicas y estratégicas de su regimiento, siendo su máxima autoridad en cuanto tenga que ver con la atención de los hospitales…” (7)

A modo de conclusión:
Bolívar manifiesta desde los textos estudiados la construcción de un discurso libertario, emancipador, transformador y creador asumiendo la condición humana de los sujetos históricos en un marco geopolítico que define su forma de ser y actuar que precisa de naciones e instituciones que respondan a sus necesidades, intereses y expectativas, asumiendo su unidad histórica desde su diversidad cultural.

En su sentipensamiento para la acción plasma la ruptura desde una crítica liberadora, abre posibilidades desde las capacidades creadoras del hombre y la mujer de su presente y hacia el futuro y afina acciones para la producción transformadora que se da en un entorno concreto, con contradicciones y antagonismos que hay que superar..




Referencias bibliográficas:
(1) Teun A. Van Dijk, Texto y contexto
(2) Austin: “Como hacer con las palabras”
(3) “Sentipensamiento” expresión usada por Eduardo Galeano para describir una característica del verdadero liderazgo latinoamericano. Unidad de los sentimientos y de los pensamientos para una acción política.
(4) Mak Halliday. Fondo de Cultura Económica.
(5) Carta de Jamaica, Kingston, 6 de septiembre de 1815
(6) Discurso de Angostura, 13 de marzo de 1819
(7) Las mas hermosas cartas de Amor entre Manuela y Simón, (2006) Fundación Editorial el perro y la rana. Caracas.