sábado, 4 de octubre de 2008

Universidades para el Poder Popular

El sistema educativo universitario está cuestionado en nuestro país por muchas razones, una de ellas es la incapacidad de generar y producir conocimiento necesario y pertinente que favorezca el desarrollo social, económico, cultural y político de la ciudadanía y de la nación. Por lo que la actividad universitaria (académica, investigadora y de extensión) se conforma en ser simple repetidora y reproductora de paradigmas, conceptos, teorías y tecnología desarrollados en otras latitudes para ser aplicadas por las diversas disciplinas en sus distintos espacios laborales. Basta estudiar los programas y contenidos curriculares de las universidades nacionales públicas y privadas para observar que muchos son una copia exacta de programas y sus respectivos autores foráneos, que muy lejos están de nuestra realidad.

Aún así las universidades siguen siendo un espacio de poder. Pero poder ¿para que? y ¿para quién?. Espacios para mantener el poder de unos pocos, de unas élites conservadoras que se precian y se instituyen en sumos sacerdotes y sacerdotisas del “conocimiento único, objetivo y válido”. Muchas de estas universidades públicas y privadas pagadas o subsidiadas por el Estado venezolano permanecen intocables en su conducta apatrida y alienante: preparan a profesionales para ser futuros trabajadores de las trasnacionales en desmedro del Proyecto de País, para ser simples consumidores, negándosele una formación ciudadana que contribuya a los retos y desafíos del país, donde la posibilidad de trabajar en el aparato del Estado en su función social es visto como la última de las opciones o deshonrosa en muchos casos, por no conseguir un puesto en una empresa privada.

Hasta ahora la política del Ministerio del poder popular para la Educación Superior se ha propuesto la inclusión social. Bien por eso. Pero debemos preguntarnos para ser formado ¿para qué y para quienes? No es suficiente este esfuerzo de incorporar bachilleres al sistema universitario sin después sus egresados en lugar de contribuir al desarrollo de Venezuela, se le prepara para mantener y consolidar el sistema capitalista y neoliberal, vulnerando su sentido de identidad y de pertinencia.

Si las universidades no hacen su conversión en el propósito de País, conforme a lo establecido en la Constitución Bolivariana de Venezuela y los Planes de Desarrollo Económico Social vano será todo intento de incorporar masas de población a la educación universitaria. Y de hacerlo, asumamos la consecuencias.Es necesario que se desarrolle una Política de Educación Superior coherente con la realidad histórica del país. No basta crear nuevas universidades y dejar al libre albeldrio a las otras, quienes ostentan una tajada presupuestaria considerable.

Las universidades venezolanas deben responder a las necesidades, intereses y expectativas de las comunidades y del país. Tanto los estudios de Pre-grado como las de Postgrado deben formar al ciudadano y al profesional de modo integral, donde la teoría y la práctica deben ser elementos recurrentes de discusión crítica, creadora, liberadora y transformadora.Es imposible dar una respuesta real y contundente a los cambios y transformaciones del pais sin el conocimiento y la tecnología que se precisa y en esto debe consistir el aporte de las universidades públicas y privadas.

El espacio universitario debe ser para el pueblo y en función del pueblo. Las universidades deben estar abiertas para discutir la realidad venezolana desde sus diversos contextos culturales, sociales, económicos, políticos, etc. No para ser un mendigante del presupuesto nacional y haciendo caso omiso a las exigencias y urgencias del País.

Señor Presidente y ministro de Educación Superior tome cartas en el asunto. No dudo que las universidades cumplan su papel en los cambios y transformaciones que pide el pueblo, cuando ellas aprendan a escucharle y respeten su saber y su poder moral. Desarrollen la estrategia y pongala en acción.